Y yo te voy a salvar, a ti y a tu familia, aunque no te importe. Aunque nunca te lo hayas preguntado. Aunque vivas simplemente pensando con qué colores combinar tu ropa, y aunque sólo vivas pensando qué partido de fútbol ver el fin de semana sentado en tu sofá, desconectándote del mundo porque la puta zanahoria ya ahogó tus intenciones de vida. Y de muerte.
miércoles, 4 de agosto de 2010
Hola, soy el Mesías y te vengo a salvar ... Aunque te valga verga.
¿Quién chucha soy yo para creer que puedo cambiar el mundo? ¿Quién chucha es el otro imbécil que escribe en este blog para creer que él puede cambiar el mundo? ¿Quién chucha son ustedes que están leyendo esta basura para creer que pueden encontrar esperanzas acá? ¿Quién chucha somos todos nosotros para creer que podemos cambiar las cosas? A veces me parece que simplemente estamos siendo manipulados por las mismas pestes sociales que con una mano pregonan igualdad y con la otra hacen entrar en ambiciosa morbidez sus billeteras. Creemos que salvaremos a la sociedad de un futuro caótico y apocalíptico que entidades sobrevaloradas como Hollywood o la Santa Biblia han puesto en nuestros sentidos, y nos asimos de la falsa esperanza de que nosotros mismos terminaremos con las utopías para que nuevamente se abran las grandes alamedas por donde el hombre pase libre. Pero tales visiones han sido incrustadas en nuestra conciencia desde pequeños, generación tras generación; lo creyeron tus abuelos, lo creyeron tus padres, y ahora lo crees tú. Somos tristes y vulgares conejos persiguiendo la zanahoria que los ricos han atado al final de sus extranjeros, acaudalados y exclusivos vehículos en constante movimiento para que nosotros, en nuestra profunda inconsciencia e ingenuidad y en nuestra estúpida megalomanía y absurdo mesianismo, la persigamos sin parar creyendo que, de alcanzarla, se transformará en la clave para nuestra salvación individual y para la salvación colectiva.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
OVEJAS APLICADAS
El lobo arranca de la oveja =O
1 comentario:
cuantas zanahorias ya nos hemos tragado y ni siquioera nos damos cuenta? de lo poco que logramos realmente percibir lo cuestionamos pero de todas formas estamos tan lejos y somos tan nada q la accion individual es un asco y peor aun. las formas colectivas tienen tanta manipulacion q todos desconfian de todos q nadie quiere creer en nada
Publicar un comentario