Un día como cualquiera
caminando por Vitacura,
recordé lo hermoso que se siente,
a eso de las 18 horas,
ver como esas calles
fraguadas por $172.000 mensuales,
como los árboles
plantados con palas de La Pintana,
como los niños rucios
elaborados por nanas morochas,
son invadidos por el fétido, transpirado y popular
trabajador chileno.
SEBASTIÁN AHUMADA
No hay comentarios.:
Publicar un comentario