miércoles, 30 de junio de 2010

El Arte de atar cordones: Instrucciones para gente con manos, pies y cabeza.



Bien, debido a que mi compañero de blog, Don Waka, es un perfecto imbécil, y está sin tiempo porque simplemente: "Ay weón weón, tengo que defender la tesis el 12 de julio y me falta caleta weón..."

He decidido, retrasar el maravilloso texto que está escribiendo, Don Waka, para todos los lectores de mente ovejuna (Sí la verdad es que estamos sumamente agradecidos de tener más de... 5 visitas diarias...)y en su defecto, y a la espera de ese monumental texto que está "stand by", y sí, a modo de relleno; publicaré unas útiles(?) instrucciones para atar los cordones del calzado. Por su comprensión, paciencia y compasión, muchísimas gracias.


"Instrucciones para atarse los cordones"


Zapatillas, zapatos, bototos, botines y botas: nobles todos; diseñados, cada uno de ellos, para la desagradable misión de albergar a nuestros pies y hacer más placentero el oficio de caminar.
Desde mucho antes que el ruidoso belcro, las fastidiosas hebillas y las desaliñadas alpargatas, existen los maravillosos cordones, cuyo mecanismo de funcionamiento sigue siendo, hasta hoy en día un arte que se aprende desde muy pequeño, de hecho nos los enseñan en el jardín, y supone una empresa difícil de conseguir.
Para hacer más sencillo su uso (?), he decidido escribir las instrucciones para atarse los cordones.
Debo aclarar que estas instrucciones están únicamente diseñadas para personas con pies, manos y cabeza; que posean: zapatos, zapatillas, bototos, botines u botas, con cordones.
Utilizaré como ejemplo, en estas instrucciones, unas zapatillas viejas, roñosas y maltrechas de lona, fieles como ninguna; pero las instrucciones son aplicables a todo tipo de calzado que funcione con cordones.
Primero, debe asegurarse de que el cordón esté dispuesto de forma adecuada en la zapatilla, esto es; que ambos extremos del cordón, el izquierdo y el derecho, salgan de manera equitativa por los últimos orificios de la zapatilla, ubicados en las cercanías del tobillo.
Una vez verificada la simetría del cordón, proceder respetuosamente a introducir sus pies en las respectivas zapatillas (Créame, no será muy cómodo andar con las zapatillas cambiadas).
Luego debe acomodar delicadamente la lengua de la zapatilla y ajustar la trama del cordón que se ciñe sobre el empeine, para no asfixiar el pie. Ahora, debería sentir que su pie está protegido y ligeramente holgado dentro de la zapatilla. Si es así, debe tomar con prudencia y sin mucha prisa, entre sus dedos pulgar e índice de su mano hábil, el extremo del cordón correspondiente a esa mano, para luego hacer lo mismo con su mano torpe y el otro extremo del cordón. De no ser así debería pensar en adquirir unas zapatillas de otro número.

Luego se debe jalar hacia arriba, sin hacer gala de su fuerza, ambos cordones para asegurar que nuestros pies se queden dentro de las zapatillas.
A continuación, se deben intercambiar los cordones, vale decir: el que sostenía su mano hábil pasa ahora a su mano torpe y viceversa. De esta manera obtendrá unos cordones cruzados y en el lugar donde se cruzan una especie de letra equis. Es precisamente en ese cruce donde usted, con muchísima precaución, deberá tomar entre sus dedos índice y pulgar, de su mano torpe ambos cordones. (Es importante mantener la tensión de los cordones, en equilibrio, sin mucha fuerza, pero jamás con flojera.)
Si consiguió sostener el cruce de ambos cordones, con los dedos de su mano torpe, es momento de comenzar a hacer el nudo. Para esto procure no soltar, por ningún motivo, el cruce de sus cordones, recuerde que si los suelta deberá comenzar todo de nuevo.
Bien, con su mano hábil, que ahora se encuentra libre, tome el extremo de cordón que va en dirección ascendente hacia el lado de la misma, con el dedo índice y pulgar. Posteriormente páselo sin vergüenza, por encima del otro extremo del cordón e inmediatamente por debajo de la intersección de los mismos.
Si lo consiguió, merezco su respeto y el de su calzado, pero aún no termina. Sin distraerse mucho, con su mano hábil tome el extremo de cordón que acaba de pasar por debajo del cruce y con su mano torpe tome el otro extremo, para luego, jalar nuevamente ambos extremos, esta vez haciendo gala de su fuerza, para asegurar bien la zapatilla a sus pies.
Luego, sin soltar el extremo de cordón que sujeta su mano torpe, suelte el cordón que sostienen los dedos de su mano hábil, para posteriormente brindarle cordial y desinteresada ayuda a los dedos de su mano menos hábil.
Ahora viene la parte divertida (?), procure que exista una distancia media entre el final del cordón y los dedos de su mano torpe, a continuación, eleve delicadamente el cordón que sostienen sus dedos, para notar que por efecto de la fuerza de gravedad, la punta del cordón cae y queda suspendida en el aire, mientras que la parte que resta de ese cordón se mantiene tensa.


Tome con los dedos índice y pulgar de su mano hábil, la mitad del cordón que permanece tenso, para luego acercarlo románticamente, pero sin compromisos, hacia la parte del cordón que sujetan los dedos de su mano torpe que estarán encantados de recibirlo sin soltar la parte del cordón que ya apresaban. Si lo hizo bien, tendrá una especie de lazo entre los dedos de su mano torpe y su mano hábil estará libre, para continuar con la tarea. Si no, vuelva al primer paso con la cara llena de risa.
Si siente cansancio, puede darse un par de segundos para retomar fuerzas, respire profundo y sin demora tome por la mitad, con los dedos ya mencionados de su mano hábil, el cordón que yace lacio y olvidado sobre su zapatilla.
A continuación rodeé con gracia, el lazo que sostiene su mano menos hábil, procurando rodearlo, primero, por el lado del dedo pulgar de su mano torpe para posteriormente pasarlo en dirección descendente por el lado de su dedo índice de la mano que sostiene el lazo.
Ahora, sin soltar los dedos de la mano torpe, una con paciencia, las partes del cordón que sostiene su mano hábil, de la misma manera que lo hizo hace un par de segundos, minutos u horas atrás, con su mano izquierda, es decir formando un lazo.
Luego con el dedo índice de su mano hábil deslice con elegancia, en dirección hacia su cuerpo, el trozo de cordón, que quedó detrás del cordón que sostiene el pulgar, y del lado de la yema de su dedo índice correspondientes a la mano hábil.
Una vez conseguida la hazaña, no dude un segundo en tomar con ímpetu el cordón que deslizó previamente, entre los dedos índice y pulgar de su mano torpe, para luego tomar por la punta el lazo que sostuvo estoica y pacientemente su mano torpe, con los dedos de su mano hábil, para finalmente y lleno de satisfacción jalar ambos cordones en direcciones opuestas y contemplar felizmente el bellísimo nudo que le permitirá caminar tranquilamente sin la preocupación de que sus pies se salgan de las zapatillas.
Si consiguió exitosamente atar los cordones de su calzado, y si tiene tiempo y  usted fuma, puede encender un cigarro y dar bocanadas de satisfacción, de lo contrario puede emprender su camino. Por otro lado si la empresa de atar cordones fracasó por completo y usted fuma, puede saborear el humo de la frustración para después volver a intentarlo, o lisa y llanamente leer otro instructivo de como atarse los cordones. En cualquiera de los casos, le estaré eternamente agradecido de haber puesto en práctica mis instrucciones. 

Recuerde amiguita/o lector/a que puede dejar su comentario ahí donde dice... comentarios.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Pensar que uno ve tan sencillo el arte de atarse los cordónes, y es toda una virtud lograrlo a la perfección. Y eso que solo estoy considerando el instructivo, dejando de lado toda la complejdad que significa atarse los cordones para quienes tenemos una pésima motricidad fina o problemas con esta.
Al principio (creo que ya lo había hecho) pensé en encontrarme con una especie de instructivo de Cortázar, pero este es totalmente distinto. Es más detallado y el lenguaje más ameno. Dan ganas de seguir el instructivo para atarse los cordones.

Saludos!!
que estés bien!

OVEJAS APLICADAS

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El lobo arranca de la oveja =O